Comprendemos la necesidad de confidencialidad.

La confidencialidad es un objetivo extremadamente importante para muchos supervivientes de abusos. Estos sobrevivientes expresan una variedad de razones para su deseo de confidencialidad – el miedo a no ser creídos, el estigma asociado con el abuso sexual, una preocupación por la fe y la religión de sus seres queridos, un sentimiento de culpa de que el abuso fue “su propia culpa”, etc.

Aunque reconocemos que estos temores son comunes, nos comprometemos con usted de antemano:

  • Le creeremos.
  • No te juzgaremos.
  • Honraremos su preocupación por la fe y la religión de sus seres queridos.
  • Nunca te diremos ni te haremos sentir que el maltrato fue “culpa tuya”.

Además de estos compromisos fundamentales, nos tomamos muy en serio la confidencialidad de todas nuestras comunicaciones con los supervivientes de abusos. Esta confidencialidad es exigida no sólo por nuestros juramentos profesionales, sino también por nuestros años de experiencia ayudando a los supervivientes a superar estos traumas increíblemente complejos y difíciles.

No sólo garantizaremos la confidencialidad de nuestras propias comunicaciones con usted, sino que haremos todo lo posible para proteger la confidencialidad de su identidad y su historia en caso de que decida emprender acciones legales ante los tribunales. Si bien la regla general es que los registros judiciales son registros públicos, hay excepciones a esta regla general – y en Nuevo México, hay excepciones específicas relacionadas con los sobrevivientes de abuso sexual. Hemos peleado estas batallas antes, y las pelearemos por usted si nos lo confía.